Unionistas quiere devolver el fútbol profesional a Salamanca
La ciudad charra vuelve a soñar con grandes competiciones una vez que
el conjunto de la capital se convirtiera en campeón de la Tercera División
El 18 de junio de 2013, con noventa años de edad,
desaparecía la querida y amada Unión Deportiva Salamanca. Charros y charras
lloraron su desaparición sin poder hacer nada, viendo como las puertas del
Estadio Helmántico, donde tantas y tantas tardes habían pasado durante su vida,
se cerraban, y con ello, el fútbol se despedía de la capital, por lo menos
hasta pronto, pues dos nuevos clubes pugnarían después por ocupar aquel vacío
dejado.
Desde su nacimiento el 9 de septiembre de 1923, y sin
importar la edad de cada uno, ya fuera en las gradas o en el terreno de juego,
toda la ciudad defendió el escudo del Salamanca, unida bajo un mismo
sentimiento y una pasión inquebrantable. Sin embargo, esta unión se vio truncada
en solo unos meses, hace unos pocos años, debido a que los defensores del
Salmantino –antaño filial de la UDS– reclaman para sí la historia de la Unión
Deportiva mientras que Unionistas, en todos sus estamentos, aboga porque el
club extinto se mantenga en la memoria.
Una rivalidad, que se ha notado mucho más durante la
temporada 2017/18, después de que Unionistas viera truncada su trayectoria
ascendente la campaña anterior tras no conseguir el ascenso a la categoría de
bronce y ser alcanzado así por el Salmantino que subió a la Tercera División.
Salamanca se dividía más y más con el paso de las jornadas,
pero esto no impedía a la ciudad con volver a disfrutar del fútbol; cuenta con
una afición con ganas de dejarse notar, de defender sus colores y el nuevo
escudo que han adoptado como propio de una manera u otra. Y así lo hicieron:
más de trece mil personas se dieron cita en el campo para vivir el primer derbi
de la historia, en el que las gradas estuvieron a rebosar, con distintos
pensamientos sobre el pasado y sobre sí mismos, pero siempre con el recuerdo
del club que les dio la pasión por este maravillo deporte.
Unionistas pisaba tras cinco años la que consideran su casa,
arrebatada y en manos de su rival, derramó lágrimas por la inusitada derrota y
por tener que continuar en el exilio de Las Pistas. El tropiezo, inusitado, es
de los pocos vividos en cuatro años de historia, de los cuales en dos el
conjunto blanquinegro salió campeón. Sin ir más lejos, en casa solo han perdido
tres veces en esos cuatro años.
Pero esa casa no es El Helmántico, sino unas pistas que se
encuentran a tan solo cincuenta metros. Esa es la distancia que separa a las
dos aficiones, dado que es el Salmantino quien juega en el estadio, un
Salmantino que ha ganado en los dos escenarios, en dos derbis que quedarán en
la memoria tanto de aficionados como de jugadores. “El fútbol aquí se vive
muchísimo, han sido dos derbis que nos dejaron sin palabras y no solo por la
derrota. Es un espectáculo haber vivido algo así con una afición que no dejaba
de animar a pesar de perder”, afirma Eslava, jugador de Unionistas.
Es, el suyo, un club diferente a los demás, surgido de la
mente de unos locos enamorados de aquel histórico equipo de su ciudad, al que
decidieron rendir homenaje a través de una nueva sociedad. Lo que comenzó como
una pequeña familia hoy está formado por más de 2.000 miembros que tienen la
posibilidad de tomar las decisiones que esperan que les lleven a categorías más
altas, por decisión de los socios fundadores de que todos tuvieran voz. Y a
esas cotas más altas aspiran hoy en día.
Roberto Eslava, defensor canario, no se pensó dos veces el
aprovechar la oportunidad que se le brindaba cuando más cerca podía estar su
final como futbolista, a sus 30 años. “Es la mejor decisión de mi vida; estoy
viviendo un sueño”, dice cuando la liga regular está llegando a su conclusión y
el objetivo de “conseguir el ascenso” sigue vivo. “Hay muchas personas que
trabajan en la sombra sin pedir nada a cambio, por amor al club, que han ido
viendo cómo está creciendo día a día”, reflexiona el zaguero, que quiere, como
sus compañeros, brindar a toda esa gente un nuevo salto de categoría.
El 1 de mayo, Unionistas se convertía en campeón del Grupo
VIII de la Tercera División, quedándose un paso más cerca de conseguir ese
sueño de llegar a la Segunda División B, en la que se enfrentarían al Club Deportivo
Guijuelo, otro equipo de la provincia y que durante estos años se ha mantenido
en la categoría de bronce, a veces tan poco valorada por su condición a priori
de semiprofesionalidad y que choca con la profesionalidad total de todos
aquellos que la componen.
Este sueño aún está por llegar, pero, se logre o no, con la
consecución del título liguero Unionistas ha confirmado la vuelta a Salamanca
una gran competición como es la Copa del Rey. Los blanquinegros se calzarán las
botas en la próxima temporada para llevar lo más lejos posible el recuerdo de
la desaparecida Unión Deportiva Salamanca, y quien sabe si hacen soñar a cada
uno de sus aficionados visitando el Wanda Metropolitano o el Santiago Bernabéu.
No obstante, mientras esto llega y el sueño se hace realidad
(o no), la ciudad charra seguirá dividida, compartiendo una pasión, pero con
dos maneras de recordar a la que fue la reina de sus corazones.
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